By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
Después de habér vivido el taller nacional de Jóvenes en CEB´S., nacé la propuesta de generar un espacio juvenil para contrarrestar la arremetida de este sistema en contra del medio ambiente., es por esto que nos reuniremos el Juves 29 de Julio en la Capilla del Padre Pro a las 8:00 de la noche con el fin de planear las líneas de acción y afianzar el grupo.
En Horabuena :D
Saludos
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
By José Saramago
De mí ha de decirse que tras la muerte de Jesús me arrepentí de lo que llamaban mis infames pecados de prostituta y me convertí en penitente hasta el final de la vida, y eso no es verdad. Me subieron desnuda a los altares, cubierta únicamente por el pelo que me llegaba hasta las rodillas, con los senos marchitos y la boca desdentada, y si es cierto que los años acabaron resecando la lisa tersura de mi piel, eso sucedió porque en este mundo nada prevalece contra el tiempo, no porque yo hubiera despreciado y ofendido el mismo cuerpo que Jesús deseó y poseyó. Quien diga de mí esas falsedades no sabe nada de amor. Dejé de ser prostituta el día que Jesús entró en mi casa trayendo una herida en el pie para que se la curase, y de esas obras humanas que llaman pecados de lujuria no tendría que arrepentirme si como prostituta mi amado me conoció y, habiendo probado mi cuerpo y sabido de qué vivía, no me dio la espalda. Cuando delante de todos los discípulos Jesús me besaba una y muchas veces, ellos le preguntaron si me quería más a mí que a ellos, y Jesús respondió: “¿A qué se puede deber que yo no os quiera tanto como a ella?.” Ellos no supieron qué decir porque nunca serían capaces de amar a Jesús con el mismo absoluto amor con el que yo lo amaba. Después de que Lázaro muriera, la pena y la tristeza de Jesús fueron tales que, una noche, bajo las sábanas que tapaban nuestra desnudez, le dije: “No puedo alcanzarte donde estás porque te has cerrado tras una puerta que no es para fuerzas humanas”, y él dijo, sollozo y gemido de animal que se esconde para sufrir: “Aunque no puedas entrar, no te apartes de mí, tenme siempre extendida tu mano incluso cuando no puedas verme, si no lo hicieras me olvidaría de la vida, o ella me olvidará”. Y cuando, pasados algunos días, Jesús fue a reunirse con los discípulos, yo, que caminaba a su lado, le dije: “Miraré tu sombra si no quieres que te mire a ti”, y él respondió: “Quiero estar donde esté mi sombra si allí es donde están tus ojos”. Nos amábamos y nos decíamos palabras como éstas, no solo por ser bellas y verdaderas, si es posible que sean una cosa y otra al mismo tiempo, sino porque presentíamos que el tiempo de las sombras estaba llegando y era necesario que comenzásemos a acostumbrarnos, todavía juntos, a la oscuridad de la ausencia definitiva. Vi a Jesús resucitado y en el primer momento pensé que aquel hombre era el cuidador del jardín donde se encontraba el túmulo, pero hoy sé que no lo veré nunca desde los altares donde me pusieron, por más altos que sean, por más cerca del cielo que los coloquen, por más adornados de flores y perfumados que estén. La muerte no fue lo que nos separó, nos separó para siempre jamás la eternidad. En aquel tiempo, abrazados el uno al otro, unidas nuestras bocas por el espirito y por la carne, ni Jesús era lo que de él se proclamaba, ni yo era lo que de mí se zahería. Jesús, comigo, no fue el Hijo de Dios, y yo, con él, no fui la prostituta María de Magdala, fuimos únicamente este hombre y esta mujer, ambos estremecidos de amor y a quienes el mundo rodeaba como un buitre barruntando sangre. Algunos dijeron que Jesús había expulsado siete demonios de mis entrañas, pero tampoco eso es verdad. Lo que Jesús hizo, sí, fue despertar los siete ángeles que dormían dentro de mi alma a la espera de que él viniera a pedirme socorro: “Ayúdame”. Fueran los ángeles quienes le curaron el pie, los que me guiaron las manos temblorosas y limpiaron el pus de la herida, fueron ellos quienes me pusieron en los labios la pregunta sin la que Jesús no podría ayudarme a mí: “¿Sabes quién soy, lo que hago, de lo que vivo”, y él respondió: “Lo sé”, “No has tenido que mirar y ya lo sabes todo”, dije yo, y él respondió: “No sé nada”, y yo insistí: “Que soy prostituta”, “Eso lo se”, “Que me acuesto con hombres por dinero”, “Sí”, “Entonces lo sabes todo de mí” y él, con voz tranquila, como la lisa superficie de un lago murmurando, dijo: “Sé eso solo”. Entonces yo todavía ignoraba que era él era el hijo de Dios, ni siquiera imaginaba que Dios quisiese tener un hijo, pero, en ese instante, con la luz deslumbrante del entendimiento, percibí en mi espíritu que solamente un verdadero Hijo del Hombre podría haber pronunciado esas tres simples palabras: “Sé eso solo”. Nos quedamos mirándonos el uno al otro, ni nos dimos cuenta de que los ángeles se habían retirado ya, y a partir de esa hora, en la palabra y en el silencio, en la noche y en el día, con el sol y con la luna, en la presencia y en la ausencia, comencé a decirle a Jesús quien era yo, y todavía me faltaba mucho para llegar al fondo de mí misma cuando lo mataron. Soy María de Magdala y amé. No hay nada más que decir.
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
Los días 6 y 9 de agosto de 1945, las ansias de dominio Imperial por parte de EE.UU. mostraron su más cruel y despiadado rostro. Las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fue
ron exterminadas sin piedad alguna. Se sacrificaron sin ningún respeto 220,000 vidas humanas y hasta hoy sus consecuencias son evidentes en muchas personas de aquella región.
Al reflexionar sobre estos sucesos tan terribles para la Humanidad y contrastarlos con nuestra Fe Cristiana, no deja de provocarnos un doloroso cuestionamiento: ¿Porque tanto dolor?, ¿era necesario mostrar tal poderío? ¿y el sufrimiento humano donde queda? ¿es la violencia algo válido?
Jesús al hablarnos del Reino y de lo que Dios quiere para nosotros nos dice:
“Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10,10) Nos enseña que de ningún modo lo ocurrido en estos sucesos es querido por Dios. Dios quiere que vivamos y seamos felices, y todo lo que sea contrario a este precepto va en contra de su voluntad.
Los deseos constantes de dominio, el afán de Poder y el Éxito a cualquier costo, le abren la puerta al egoísmo y permiten que vayamos subiendo pisando la cabeza de los demás.
Jesús en otro pasaje evangélico nos dice: “Bien saben que los gobernantes tienen sometidos a sus súbditos y los poderosos imponen su autoridad. No será así entre ustedes, más bien, quien entre ustedes quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás y quien quiera ser el primero que se haga sirviente de los demás” (Mateo 20,25-27 ) Jesús nos enseña que El Poder es para servir.
No cabe duda que estas enseñanzas de Jesús son válidas en nuestros días, como también lo eran en Hiroshima y Nagasaki en 1945. El mal espíritu, diríamos con San Ignacio, nos lleva a ignorar el mal que hacemos a los demás y a vivir en el egoísmo constante, buscando solo nuestro beneficio, sin darnos cuenta que fuimos creados en el Amor y en el Compartir. La barbarie atómica no es otra cosa que, una señal inequívoca de deshumanización y ambición desmedidas, en donde valoramos más el Poder y la Posición Social por encima del Bien común. La pregunta que nos queda hacernos es:
¿No vamos hoy rumbo a otro Hiroshima y a otro Nagasaki?
Toño Esparza
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
Hace unos meses un grupo de jóvenes de la parroquia visitamos durante una semana dos comunidades indígenas de la montaña alta de guerrero, esto con el objeto de conocer ese “México profundo” en el que viven miles de indígenas. Al estar entre las comunidades nos percatamos de la pobreza, marginación y precariedad en servicios básicos que padecen, también nos dimos cuenta de los factores que determinan las anteriores situaciones, tales como la violencia estructural en que se encuentran sometidos, partiendo desde un sistema económico injusto, la hegemonizacion cultural que el capitalismo impone, hasta una lacerante administración de justicia. Por todo esto, en este día de la población indígena, ¿Qué celebramos?... la muerte y la pobreza, esa que a menudo modela entre sus mesas… ¿Qué celebramos?
En un signo de solidaridad la comunidad de misiones esta vendiendo servilletas y blusas que elaboran las mujeres indígenas en la “cooperativa de costura” con ayuda de las Religiosas Filipenses, puedes cooperar adquiriendo una prenda, ayúdanos a ayudar.
Juan José Rojas Torres
Informes en la oficina de la parroquia
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
”Vivir de apariencias te hace esclavo de la vida”
Tuvieron que pasar más de 400 años para que el comercio trasatlántico de esclavos fuera abolido desde finales de 1400 hasta 1800.
Fue en 1997 cuando la Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) dictaminaba el día internacional para recordar este tipo de tráfico y su abolición, además de institucionalizar e impedir que pasara al recuerdo. Años después empezaron a organizarse actividades del tipo cultural y diversos debates, las primeras conmemoraciones fueron en países como Haití y Senegal.
Un acto relevante precisamente ocurrió en Haití en la fecha de 1791 en la noche del 22 al 23 de Agosto grupos de esclavos de Bois Cäiman (localidad del norte de la entonces colonia francesa de Santo Domingo) comenzaron un motín que fue un desencadenador muy importante en la abolición de la esclavitud.
Hoy en día parece ser que eso a desaparecido y queda como una parte de la historia, pero la realidad es que se sigue existiendo diversos tipos de explotación, principalmente en países de pocos recursos y muy empobrecidos.
Según un informe de la UNESCO existen actualmente más de 200 millones de personas sometidas a diferentes formas “modernas” de esclavitud.
Millones de seres humanos viven obligadamente como esclavos víctimas de la desesperación por sus condiciones de vida, en un ambiente de dominación y denigración.
Roberto De Valle Guerrero
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
Día internacional de los desaparecidos
“La desaparición es peor que la muerte” Víctor Larentius
En esta fecha se recuerda a todas las personas detenidas que se encuentran el lugares ocultos, fuera de contacto con sus familiares, prensa o publico en general, como son los prisioneros de guerra en o las personas que son extraídas de sus familias porque sus ideas suponen un desafío o una amenaza para el sistema político establecido, a estas personas se les llama “presos políticos”. También existen personas que son consideradas como “recluidos fantasmas” que son recluidas en secreto para ocultarlas de organizaciones que velan por los derechos de los presos, así como las personas detenidas para obtener de sus familias alguna remuneración económica, un “secuestro”. Retener a una persona es una grave violación a sus derechos humanos, y un peligro para el “desaparecido” que puede sufrir torturas y hasta la muerte. Muchas veces cuando se habla de desaparecidos se piensa en una persona con vida que ha desaparecido, pero ahí cientos de personas que buscan un cuerpo humano o rastro de el, hoy en día después de 60 años todavía están desaparecidos cientos de restos de personas fallecidas durante la Segunda Guerra Mundial en Holanda y otros países, sus familiares siguen buscando para poder celebrar una digna ceremonia de despedida.
Pero México no se queda atrás, la práctica de las desapariciones forzadas se ha vuelto común, en Chiapas, la represión militar y paramilitar contra la población civil se manifiesta en asesinatos, masacres y desapariciones forzadas. Las víctimas de la desaparición forzada en Guerrero y Oaxaca son, por lo general, activistas sociales y comunitarios preocupados por la situación de los campesinos, que son víctimas de violaciones a los derechos económicos y sociales. En Coahuila este año van 35 personas reportadas como desaparecidas y 24 como secuestradas solamente en Torreón, ahí que recalcar que son las reportadas solamente, los sindicatos empresariales consideran que son alrededor de 86 secuestradas y el numero va en aumento debido a la situación de inseguridad que se vive en la laguna.
Las desapariciones siguen siendo una herida abierta que día tras día los familiares soportan el no saber que ha sido de sus hijos, madres, padres esposos, hermanas o hermanos.
Cecilia Ibarra Compian
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
Encuentro juvenil ignaciano 2009 en la Ibero puebla
Asistimos ocho chavos de la parroquia, en este encuentro el tema principal fue “Identidad Cristiana” en el cual lo que se pretendió fue recuperar la identidad de ”Jesús”, esa identidad que el joven actual ah perdido por diferentes situaciones. Hubo diferentes dinámicas, celebraciones y un festival donde cada ciudad tenia que presentar lo típico de ella, asistimos diferentes procesos que llevamos la Espiritualidad Ignaciana, como; CVX, Colegios, Ibero, Brigadas, Voluntariado, Parroquias, Religiosas, Prenovicios, y por supuesto estuvimos acompañados por diferentes jesuitas, el encuentro fue padrísimo, ya que el compartir siempre te llena de alegría y más el saber que hay otros como tú que de diferentes trincheras buscan lo mismo “ un mundo mejor”.
Aprovechando el espacio que nos brindan para compartir nuestra experiencia, queremos darles las gracias a todas esas personas que hicieron posible que fuéramos, y ya para concluir comparto una frase que nos compartió el padre Luis García Orso y que viene en el documento de aparecida, dice:
“La vida se alcanza y madura a medida que se entrega para dar vida a los otros”.
Gracias
Jasibe Ramírez Tamayo
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
By Ministerio Social Juvenil - Parroquia de San Judas Tadeo
No ignoro que la principal tarea asignada a la enseñanza en general, y en particular a la universitaria, es la formación. La universidad prepara al alumno para la vida, le transmite los saberes adecuados para el ejercicio cabal de una profesión elegida a partir del conjunto de necesidades manifestadas por la sociedad, elección que si alguna vez estuvo guiada por los imperativos de la vocación, ahora con más frecuencia tiene que ver con los progresos científicos y tecnológicos, y también con las interesadas demandas empresariales. En cualquier caso, la universidad tendrá siempre motivos para pensar que cumplió su papel al entregarle a la sociedad jóvenes preparados para que reciban e integren en su acervo de conocimientos las lecciones que todavía le faltan, es decir, las de la experiencia, madre de todas las cosas humanas. Ora bien, si la universidad, como era su deber, ha formado, y si la llamada formación continua hará el resto, la pregunta es inevitable: “¿Dónde está el problema?” El problema está en que me he limitado a hablar de la formación necesaria para el desempeño de una profesión, dejando de lado la otra formación, la del individuo, la persona, el ciudadano, esa trinidad terrestre, tres en un solo cuerpo. Es hora de tocar el delicado asunto. Cualquier acción formativa presupone, naturalmente, un objeto y un objetivo. El objeto es la persona a la que se pretende formar, el objetivo está en la naturaleza y en la finalidad de la formación. Una formación literaria, por ejemplo, no presentará más dudas que las que resulten de los métodos de enseñanza y de la mayor o menor capacidad de recepción del educando. Sin embargo, la cuestión cambia radicalmente cuando se trata de formar personas, cuando se pretende inculcar en lo que designé “objeto”, no sólo las materias disciplinares que constituyen la carrera, sino un complejo de valores éticos y relacionales teóricos y prácticos indispensables a la actividad profesional. El problema es que formar personas no es, por si mismo, un aval tranquilizador. Una educación que propugne ideas de superioridad racial o biológica estaría pervirtiendo la propia noción de valor, colocando lo negativo en lugar de lo positivo, substituyendo los ideales solidarios de respeto humano por la intolerancia y por la xenofobia. No faltan ejemplos en la historia antigua y reciente de la humanidad.
¿A dónde pretendo llegar con este plática? A la universidad. Y también la democracia. A la universidad porque deberá ser tanto una institución dispensadora de conocimientos como el lugar por excelencia de formación del ciudadano, de la persona educada en los valores de la solidariedad humana y del respeto por la paz, educada para la libertad y para la crítica, para el debate responsable de las ideas. Se argumentará que una parte importante de esa tarea pertenece a la familia como célula básica de la sociedad, sin embargo, como sabemos, la institución familiar atraviesa una crisis de identidad que la hace impotente ante las transformaciones de todo tipo que caracterizan nuestra época. La familia, salvo excepciones, tiende a adormecer la conciencia, mientras que la universidad, siendo lugar de pluralidades y encuentros, reúne todas las condiciones para suscitar un aprendizaje práctico y efectivo de los más amplios valores democráticos, empezando por el que me parece fundamental: el cuestionamiento de la propia democracia. Hay que buscar el modo de reinventarla, de arrancarla del inmovilismo de la rutina y de la descreencia, bien ayudadas, una y otra, por los poderes económico y político a los que le conviene mantener la decorativa fachada del edificio democrático, aunque nos vienen impidiendo verificar si por detrás de esa fachada subsiste todavía algo. En mi opinión, lo que queda, se usa, casi siempre, más para armar eficazmente las mentiras que para defender las verdades. Lo que llamamos democracia comienza a parecerse tristemente al paño solemne que cubre el féretro donde ya está descomponiéndose el cadáver. Reinventemos, pues, la democracia antes de que sea demasiado tarde. Y que la universidad nos ayude. ¿Querrá? ¿Podrá?
José Saramago